Reto al alcalde de Manizales

POR: JORGE ENRIQUE PAVA QUICENO

Doctor, Carlos Mario Marín Correa:

Se ha referido Usted reiteradamente en sus intervenciones públicas y en las redes sociales a “un columnista”, a quien relaciona con actos ímprobos de extorsión y orfandad de poder. Y lo mismo ha pasado con su equipo de redes sociales al que yo denomino “La bodeguita verde”, que ha desplegado una ofensiva descarnada calificando a ese “columnista” (o, como me decía su difunto tutor, “calumnista”), de auxiliador de la oficina de Envigado, cómplice de mafiosos, agente de políticos censurables, usufructuario de contratos estatales, coautor del supuesto robo de 14 mil millones, y muchísimos epítetos y calificativos degradantes, insultantes y ofensivos que han trascendido hasta los miembros de mi familia. 

Supongo, por todo lo hilado, que ese “columnista” no es otro que Jorge Enrique Pava Quiceno, su servidor, pues he sido quien lo ha enfrentado a Usted y a su administración con pruebas, argumentos irrefutables, denuncias ante los órganos de control y de justicia, y ha puesto al descubierto muchos de los comportamientos (esos sí censurables) que esta alcaldía ha vuelto costumbre en nuestro querido municipio.

De estar en lo cierto, señor Alcalde, quisiera entonces aclararle públicamente que está Usted totalmente equivocado: no soy extorsionista y lo invito a que si tiene forma de probarlo cumpla su deber como funcionario publico y me denuncie ante las autoridades; de lo contrario, le exijo que se retracte, porque no voy a permitir que siga jugando con mi honra, ni cometiendo delitos que afecten mi integridad. No conozco la oficina de Envigado, ni soy cómplice de mafioso alguno, ni obro a nombre de ningún político; mucho menos soy aspirante a contratos con el Estado, pues mi profesión la he desarrollado siempre en el sector privado y he rehusado cualquier vínculo profesional con entidades públicas; y no soy defensor de nadie que no lo merezca, pues no es un secreto que mis posiciones gozan de independencia, la cual es motivo de mortificación para Usted y mis contradictores. Y con respecto a mi actividad periodística, renuncié hace mas de seis años a espacios que admitieran pauta publicitaria, entre otras cosas, para no ver minada mi credibilidad y acabar con los mitos que trataron de montar en su momento.

Dice Usted y su equipo de redes sociales, que mis posiciones son falaces, malintencionadas, carentes de fundamento, invenciones que buscan fines extorsivos, jugadas politiqueras para favorecer a terceros, etc. Y entiendo que hayan asumido esa posición, pues la veo como la única arma para defenderse ante verdades tan crueles como las que vengo destapando; pero creo, como muchos ciudadanos, que ante la desidia de los órganos de control y de justicia, y ante el descaro, agresividad y violencia demostradas por muchos de sus funcionarios o agentes anónimos, la ciudad está cayendo día a día en una mayor polarización y en una destrucción gradual de su armonía tradicional. Y no admito culpa alguna, porque eso sería como condenar al delator por los delitos que cometió el reo. 

Pero bueno Alcalde, el objeto de esta comunicación no es otro distinto al de hacerle una muy respetuosa propuesta: sometámonos a un debate público, con reglas de juego claras, en un sitio neutral donde podamos exponer con altura las posiciones suyas y mías. Escoja Usted un moderador y yo escojo otro; invoquemos la presencia de los órganos de control y de justicia, para que las denuncias que se presenten sean acogidas como denuncias formales; compartamos igualdad de tiempo, transmisión de canales de comunicación, posibilidad de rebatir y aclarar, y enfrentemos la situación con sinceridad y altura. 

Creo, señor Alcalde, que contribuiríamos mucho a pacificar esta ciudad demostrando cordura, buenas maneras, debate estructurado y asertividad. Acabaríamos con tanta especulación, comentario desobligante, injuria, calumnia y contribuiríamos a calmar los ánimos exasperados.

Es una propuesta sana y sosegante, y no significa la declinación a una labor de denuncia solitaria que he emprendido desde que soy testigo documental de tanto desafuero cometido en su administración. Por el contrario, creo que a usted le convendría mucho tener de primera mano la información que parece desconocer, pues me niego a creer que, ante tanta aberración, su silencio sea premeditado, cómplice o connivente.

Espero su respuesta, Señor Alcalde.

Cordialmente,

JEPQ

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